Colección de citas famosas - Frases motivadoras - Metáforas y personificaciones que describen cómo se ve un caqui.

Metáforas y personificaciones que describen cómo se ve un caqui.

Una metáfora para describir cómo se ve un caqui.

Caquis redondos cuelgan de todas las ramas como muchas ágatas rojas.

Caquis rojos cuelgan de las ramas como faroles.

Los caquis rojos maduros se esconden debajo de las hojas como faroles rojos, mientras que los caquis amarillos inmaduros parecen bolas amarillas. Realmente hermoso.

En otoño, los caquis del árbol del caqui cuelgan orgullosos del árbol como rubíes cristalinos.

Los árboles están cubiertos de caquis rojos y naranjas, como ojos grandes, grandes ojos rojos.

El árbol del caqui está cubierto de caquis rojos, como una cara roja.

Los caquis son como pequeños farolillos rojos.

Los caquis de ese árbol parecen linternas Kongming. Es la esperanza del tío granjero.

Los caquis de color rojo brillante son como faroles rojos, como el ardiente atardecer y como globos rojos.

El caqui es como una gema amarilla, ¡claro como el cristal!

Oraciones antropomorfas que describen cómo es un caqui.

El otoño ya está aquí y los árboles se cubren de caquis rojos. Mostraron caras redondas y sonrientes, asintieron y nos sonrieron.

Mira el viento otoñal que sopla y los caquis parecen la cara de una niña y se ponen rojos al instante.

Los caquis de afuera han crecido todos y son todos grandes, rojos y redondos.

El otoño ya está aquí y los caquis visten ropas rojas nuevas y cuelgan en lo alto de las ramas.

El otoño ya está aquí y la cara de Persimmon está roja.

Naranjas y caquis, ¡tú me empujas y me tocas, compitiendo para que otros los recojan!

Los caquis del barranco están cubiertos de caquis pesados ​​como niños.

El otoño ya está aquí y los caquis redondos son como niños grandes y gordos, sentados en las ramas y riéndose de la gente.

Bajo el brillante sol, los frondosos caquis compiten por doblar sus esquinas, aportando diferentes colores al frío viento otoñal.

El árbol de caqui con caquis rojos colgando de sus ramas baila levemente con el viento otoñal. De vez en cuando, besa traviesamente la tierra con caquis para pagarle su alimento.

En otoño, los caquis de los árboles son tan rojos como las cálidas mejillas de una niña.

Persimmon se balanceaba juguetonamente en las copas de los árboles, riendo a carcajadas.

Los árboles se cubren de caquis rojos, que parecen sonreírnos uno a uno.

El caqui sonríe, especialmente al sol, lo que hace que la gente se sienta alegre.

Los caquis de afuera son rojos y nos miran como a niños.

Los caquis maduros parecen las caras rojas de los niños que acaban de terminar de hacer ejercicio, y sus cabecitas sobresalen del árbol. Son realmente lindos.

En la dorada temporada de otoño, los caquis amarillos sonríen brillantemente al sol, haciendo que la gente se sienta cálida.