Recitación en prosa sobre el incendio del Antiguo Palacio de Verano, Estación de Radiodifusión Popular de China, hace 20 años.
En el cielo de la historia, una pequeña luna desaparece en el horizonte. El árbol solitario, en el viento frío, está cubierto por una claraboya gris. El Antiguo Palacio de Verano nunca ha desaparecido, pero el incendio de hace cien años todavía quema el dolor de nuestra nación durante una era. Los pilares de piedra tallada todavía interrumpen nuestros pesados pasos. ...
Mirando esta dinastía lúgubre, todavía hay hojas caídas y lluvia triste. Sasha Vujacic en el desierto, este es un fuego impactante, como una puesta de sol sangrienta, entrando en mi corazón, mi cielo está lleno de polvo, enciendo la civilización primitiva con mis dedos manchados de sangre uso El ajenjo cicatrizado enterró el último dolor de; la tierra.
A través de las ruinas, llevando el viento escarchado, en la fuente de la historia donde reflexiono, el fuego sigue soplando y la maldad de las bestias sigue haciendo estragos. Vi un mirlo corriendo presa del pánico para salvar su vida. Su grito estridente no pudo abrir esta dinastía oscura, ni pudo abrir la compasión entre el Antiguo Palacio de Verano y el cielo.
A medida que me acercaba al verdadero Antiguo Palacio de Verano, vi una desolación sangrienta, que me devolvió a los años marrón oscuro. El fuego todavía llena el aire, el humo aún persiste y el sol se pone por el oeste. En la voz tranquila del Antiguo Palacio de Verano, acompañada por el dolor de las llamas, ¿quién describe el sufrimiento y el pecado?
Las matas de hierba carbonizada son una oscuridad duradera, y tropezar paso a paso es el pecado de los invasores que ignoran la civilización. Siento vergüenza. Este triste Antiguo Palacio de Verano me rompe el corazón, me entristece profundamente, me hace derramar lágrimas y enterrar mi vergüenza.
La noche en que la luna cayó sobre la piedra, llegué al Antiguo Palacio de Verano. En los ojos garabateados, mi corazón estaba tan pesado como el hierro. No puedo deshacerme de él. He estado ahí demasiado tiempo. Lo sé: debo estar al frente de la herida, ocultar esta vergüenza eterna, acumular mi sangre sobre las ruinas, volver a vivir para siempre en ese fuego y ver claramente el progreso eterno de nuestra nación en esa dirección.
El narrador se encuentra en el Antiguo Palacio de Verano en el noroeste de Beijing. Es un famoso jardín real construido en la dinastía Qing. Tras 150 años de construcción continua, reúne la esencia de los jardines chinos. Fue invadida e incendiada por las fuerzas británicas y francesas en 1860, y ahora sólo quedan unas ruinas, lo que constituye una prueba irrefutable de que los invasores invadieron China y pisotearon la civilización china e incluso la civilización mundial.