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Gestión del tiempo contenido periodístico escrito a mano

Gestión del tiempo

La investigación sobre la gestión del tiempo tiene una larga historia. Así como la sociedad humana ha evolucionado desde la revolución agrícola a la revolución industrial y luego a la revolución de la información, la teoría de la gestión del tiempo se puede dividir en cuatro generaciones.

(1) La teoría de primera generación se centra en el uso de notas y memorandos para asignar tiempo y energía mientras estamos ocupados.

(2) La segunda generación enfatiza los calendarios y horarios, lo que refleja que la gestión del tiempo ha notado la importancia de planificar el futuro.

(3) La tercera generación es un concepto popular y prioritario. Es decir, establecer objetivos a corto, mediano y largo plazo según prioridades, y luego hacer planes para alcanzarlos día a día, asignar tiempo y energía limitados y esforzarse por lograr la mayor eficiencia. Este enfoque tiene sus ventajas. Sin embargo, algunas personas han descubierto que un énfasis excesivo en la eficiencia y el colapso del tiempo tendrá el efecto contrario, haciendo que las personas pierdan la oportunidad de mejorar las relaciones, satisfacer necesidades personales y disfrutar de una felicidad inesperada. Mucha gente abandonó esta forma rígida de gestionar el tiempo y volvió a las dos generaciones anteriores para mantener la calidad de vida.

(4) Existe una teoría de cuarta generación. La diferencia con el pasado es que niega fundamentalmente el término "gestión del tiempo" y defiende que la clave no está en la gestión del tiempo, sino en la gestión personal. En lugar de centrarse en programar y organizar las cosas, concéntrese en mantener un equilibrio entre producción y capacidad.

Puede equilibrar las demandas de tiempo[1].

1. Considere cuidadosamente el plan de trabajo: determine los medios y métodos específicos para lograr los objetivos de trabajo y organice el proceso y los pasos para alcanzar los objetivos.

2. Ser bueno asignando y delegando algunas tareas a otros para mejorar la eficiencia del trabajo.

3. Desarrollar un plan de trabajo, organizar y clasificar los asuntos, y ordenarlos según prioridad.

4. Reservar tiempo para la planificación, dominar ciertos métodos y técnicas para afrontar accidentes o interferencias; preparar planes de contingencia

1, cronograma diario y prioridades [1].

2. Capaz de procesar archivos.

3. Asegúrese de que la velocidad del trabajo pueda mantenerse al día con el objetivo o el plazo.

4. Mantente de buen humor, incluso ante necesidades inesperadas.

5. Si ahora no es el momento adecuado para recibir a un invitado no invitado, pídale rápida y firmemente al visitante informal que regrese más tarde.

6. Reserva algo de tiempo cada día para aquellos que “pasan por aquí”.

Priorizar

Pueden programarse a sí mismos y a otros para adaptarse rápidamente a cualquier cambio significativo en la carga de trabajo y volver a priorizar el trabajo. Es posible que vean la programación personal como la primera herramienta de su conjunto de herramientas de gestión del tiempo. Reconocen fácilmente la necesidad de tener en cuenta las fluctuaciones en la carga de trabajo actual y los cambios en los plazos, y pueden reorganizar su trabajo para lograr resultados óptimos [1].

El desempeño de los estudiantes de bajo rendimiento muestra que dedican poco o ningún tiempo a organizar sistemáticamente sus tareas laborales y tienden a ocuparse de tareas adyacentes sin planificación ni previsión. Por lo general, intentan comenzar ellos mismos el siguiente trabajo o el que parece más urgente y no son buenos organizando a otros para completarlo [1].

Las personas con bajo rendimiento deben darse cuenta de que para lograr resultados adecuados, se deben combinar personas, recursos, objetivos, plazos y tiempo disponible. Las personas con bajo rendimiento deben aprovechar sus prioridades personales y darse cuenta de que siempre hay un orden óptimo para abordar una serie de tareas futuras [1].

1. Oblígate a dedicar al menos unos minutos cada día a utilizar lápiz y papel para anotar las tareas importantes que debes completar durante el día o la semana.

2. Asegúrate de que tus actividades diarias o semanales planificadas y no planificadas estén incluidas en el cronograma y reprogramadas si es necesario.

3. Configure un sistema para asegurarse de que pueda encontrar fácilmente lo que necesita hacer. Considere cuidadosamente los objetivos y plazos de su plan.

4. No te comprometas hasta que hayas visto la carga de trabajo total y calculado cuánta reorganización es necesaria.

5. Date cuenta de que tus habilidades son limitadas y es posible que necesites utilizar a otros para lograr tus objetivos o completar tus tareas.