¿Has terminado de leer "Insectos y luciérnagas"?

Hay muchos grillos cantando en mi jardín por la noche. Cada ramo de jaras rojas tiene su propio coro; cada ramo de lavanda tiene su propia orquesta. Entre los frondosos madroños silvestres y los árboles fragantes, cantan los grillos. Las pequeñas criaturas de este pequeño mundo se hacen preguntas y se responden con sus propias voces hermosas y geniales. También se puede decir que son indiferentes a los demás cantantes y solo expresan sus propios sentimientos.

Muy por encima de mi cabeza, la constelación del Cisne extiende su enorme cruz en la Vía Láctea; abajo, justo a mi lado, los grillos cantan una sinfonía, uno tras otro, subiendo y bajando. Estas pequeñas vidas cantando sus propias voces felices me hicieron olvidar el brillante cielo estrellado. Los ojos en el cielo nos parpadean con calma e indiferencia, pero no sabemos nada de ellos.