Colección de citas famosas - Frases motivadoras - Recomendar varios libros sobre la historia europea de los siglos XVII y XVIII. Históricamente, la visión de los novatos sobre el comienzo de una nueva era culminó en el siglo XVII, y el siglo XVIII vio el desarrollo del autoritarismo en todas partes, excepto en Inglaterra y los Países Bajos (hubo un período de escepticismo sobre el problema) ). Francia, el Imperio Habsburgo, Gran Bretaña y Rusia se convirtieron en las fuerzas dominantes en Europa. Los autoritarios comenzaron a expandir su control mucho más allá de la política y hacia la religión (la creación de la religión estatal) y casi todos los demás aspectos de la vida. Si bien las clases altas y las figuras medievales posteriores vieron crecer el poder de las clases medias, las costumbres sociales aún podían perturbar claramente la vida cortesana. La concentración de poder definió esta vida, con los ciudadanos y sus propiedades cada vez más sujetos al gobierno aristocrático. Pero en tiempos autoritarios, la educación no puede ser prerrogativa exclusiva de los ricos o de la clase dominante, porque un autoritario eficaz normalmente exigirá algún tema competente, aunque no tenga nada que ver con su estatus social. La educación primaria fue producto del desarrollo de las clases medias en los siglos XVII y XVIII, un período en el que cada vez más personas sentían que su responsabilidad era mantener las escuelas. Esta tendencia a diversificar la educación no está alejada de consideraciones de conveniencia política; aspira a mejorar el mundo a través de la educación y poner orden en la vida en todos los ámbitos. Esto no sólo tiene una tendencia científica, enciclopédica y sistematizadora, sino que, desde una perspectiva similar, la carta escolar amplia es una tendencia a configurar la educación. En términos generales, esta división se puede hacer entre los siglos XVII y XVIII: en el siglo XVII, el objetivo de la educación se concebía como uno de religión y racionalismo, mientras que en el siglo XVIII comenzaron a prevalecer el vulgarismo y las ideas progresistas. En particular, es importante recordar que el siglo XVIII estuvo marcado por tres reformas: la enseñanza en la lengua materna se volvió cada vez más importante y se resistió al latín; se introdujo la ciencia exacta en el plan de estudios y los métodos de enseñanza correctos se convirtieron en un problema importante;