¿Por qué los japoneses son particularmente susceptibles al "síndrome de París"?
Los japoneses son particularmente susceptibles al síndrome de París. Esta enfermedad se refiere principalmente al anhelo japonés por una cultura hermosa, pero después de conocer el verdadero fenómeno de esta cultura, se deprimen mucho. contraste.
Los japoneses, que albergaban hermosas ilusiones sobre Francia, sufrieron un colapso mental cuando llegaron a Francia y descubrieron que la realidad estaba lejos de su fantasía. En los casos leves pueden producirse náuseas, insomnio y vómitos; en los casos graves, pueden aparecer delirios de persecución e incluso tendencias suicidas.
Entre ellos, el cantante japonés GACKT se encontró con una discriminación racial muy explícita en un restaurante de París. Sólo los blancos podían sentarse en los mejores asientos, mientras que los asiáticos se veían obligados a cambiar de asiento. Del mismo modo, el educador Osamu Mizutani recordó que en los restaurantes de París efectivamente había asientos separados para los blancos y los amarillos. Se puede ver que en otros países todavía existen prejuicios contra los amarillos, lo que también sorprende a los japoneses.
En Francia, muchas personas que no hablan francés no son tan amigables como se esperaba. Sin embargo, la calidad de la industria de servicios de Japón es una de las mejores del mundo. Los japoneses sienten que muchas cuestiones de etiqueta francesas no están en consonancia con las suposiciones japonesas. Lo que es aún más exagerado es que el entusiasmo del comerciante por usted o no puede depender de si le agrada o no. Este tipo de individualismo radical también es contrario al colectivismo que persigue Japón. Además, los turistas asiáticos son muy llamativos entre los blancos, y los japoneses, que parecen ser "buenos ciudadanos respetuosos de la ley", tienen más probabilidades de convertirse en blanco de los delincuentes.
En la imaginación japonesa, París está plagada de vegetación por todas partes, las avenidas están limpias y ordenadas y diversas flores florecen durante todo el año. Pero, de hecho, esto realmente no sucede. Las calles están casi sucias, los ladrones suelen causar estragos y de vez en cuando se escuchan los rugidos de los franceses. Por tanto, este contraste hace que los japoneses sean muy intolerables y padezcan el llamado síndrome de París.