Colección de citas famosas - Frases motivadoras - ¿Por qué los japoneses no beben leche?

¿Por qué los japoneses no beben leche?

Algunos japoneses son alérgicos a la leche y desarrollan intolerancia a la lactosa y otros síntomas.

De 1943 a 1954, el gobierno japonés aprobó y promulgó la "Ley de Alimentación Escolar", que pasó a formar parte de la educación obligatoria. Especialmente en torno a los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, se propuso que "un vaso de leche fortalece a una nación", y el fitness nacional se convirtió en una moda. En aquella época, el suministro de leche escolar japonesa estaba apoyado por Estados Unidos y otros países occidentales, principalmente leche desnatada en polvo.

Pero en los últimos años, Japón también ha cambiado su práctica anterior de obligar a los estudiantes a beber leche, porque algunos niños desarrollarán síntomas alérgicos graves después de beber leche. Ahora se pide que las comidas escolares japonesas se cambien por una dieta armoniosa con arroz, pescado y verduras silvestres como ingredientes principales.

La razón fundamental es que la dieta tradicional de Japón cambió poco después de la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra, a medida que aumentó el consumo de trigo, leche y huevos, también aumentó la incidencia de reacciones alérgicas graves. Los japoneses no tienen los genes necesarios para digerir grandes cantidades de trigo, leche y huevos. Las reacciones alérgicas se producen por comer demasiado de este tipo de alimentos y el cuerpo no puede digerirlos, por lo que se excretan del organismo para mantener la salud.

Las causas y síntomas de la intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa generalmente se divide en tres tipos: deficiencia congénita de lactasa, deficiencia secundaria de lactasa y trastorno por deficiencia de lactasa en adultos.

El síntoma principal es la diarrea desde varias veces hasta más de 10 veces al día. La mayoría de los niños tienen muchos gases intestinales y, a menudo, expulsan una pequeña cantidad de heces en los pañales. La mayoría de las heces son amarillas o verdes, finas y blandas, o parecidas a una sopa de huevo, con muchas burbujas y grumos de leche. Algunos niños presentan regurgitación de leche o vómitos. Los niños también pueden sufrir hinchazón abdominal y diversos grados de ansiedad, y pueden llorar con facilidad y defecar o tener diarrea que mejora después del tratamiento. El cólico es poco común y a menudo ocurre durante el curso de la enfermedad, pero también puede ocurrir antes de la diarrea.

Los casos graves pueden provocar deshidratación, acidosis, retraso del crecimiento, etc. Puede ocurrir y suele ser asintomático. Los niños con intolerancia a la lactosa sufren principalmente de diarrea, que puede ir acompañada de llanto, vómitos y ocasionalmente cólicos. El examen de rutina de las heces es negativo, el azúcar reductor es positivo y el pH bajo indica intolerancia a la lactosa. La fórmula sin lactosa tiene un buen efecto terapéutico y la diarrea vuelve a aparecer después de cambiar a la fórmula habitual o amamantar. Con base en las condiciones anteriores, se puede determinar que el niño tiene intolerancia a la lactosa.