¿Un poema sobre una azafata?
Segunda frase → Es una chica rural normal, sin antecedentes ni educación. ¡Pero esta chica rural ni siquiera usaba tacones altos y acabó convirtiéndose en azafata!
Tercera frase → Sus sonrisas hacen felices a innumerables hombres y sus uniformes fascinan a innumerables mujeres. Sus graciosas figuras caminan entre las nubes, dignas y elegantes sin perder su encanto. Tienen una gran perspicacia, buena calidad psicológica y un corazón amable y delicado. Son un grupo de azafatas, o “azafatas” como se las llama. Sin embargo, cuando el periodista se acercó a las azafatas, resultó obvio que detrás de su glamorosa apariencia, había más trabajo duro.
La cuarta frase → Ya vienen. No sé quién lo gritó. Sí, ya casi es hora de abordar el avión. Un grupo de azafatas pasó junto a nosotros con pasos pulcros. Iban vestidas igual, dignas y elegantes, guapas y jóvenes, y arrastraban una pequeña maleta negra. Lo más inolvidable es que en sus rostros brillantes siempre florecen sonrisas, como flores de durazno. Esa sonrisa es alegre, ondulante e imaginativa.
Quinta frase→El 11 de julio de 2008, en una cafetería cerca del Centro de Comercio Internacional de Beijing, el periodista conoció a Zhang Yao, una azafata que volaba en rutas internacionales para una aerolínea nacional. Su cabello hasta la cintura estaba recogido casualmente en un moño en la parte posterior, resaltando su alta figura. La exagerada sonrisa amarilla en el chaleco blanco puro es extremadamente llamativa, y las modernas gafas de sol están muy de moda, pero solo se puede ver un rastro de fatiga entre las cejas.