No olvides cómo escribir el comienzo del sueño de humillación nacional de China.
Hace más de 60 años, en el mes dorado de octubre, una brillante bandera roja de cinco estrellas se alzó lentamente, una declaración gigante que permitió a una antigua nación se mantienen erguidos en el este del mundo.
¿Recuerdas a los invasores que fueron tiránicos en este poderoso país? ¿Recuerdas todavía la espantosa sonrisa del pueblo chino cuando las garras del imperialismo japonés me alcanzaron? ¡Dejemos que el viento de la historia vuele la página de hace cien años y veamos la humillación nacional que nunca será olvidada!
El 18 de octubre de 1860 fue un día triste para el pueblo chino, porque ese día el mundialmente famoso y majestuoso Antiguo Palacio de Verano fue destruido. Ese día, dos ladrones irrumpieron en este lugar, quemaron, mataron y saquearon. Al final, el "Jardín de los Diez Mil Jardines" fue quemado hasta los cimientos, pero los dos ladrones regresaron a Europa de la mano. Que esta obra maestra artística desaparezca de la tierra, que es también el comienzo de la pesadilla de China.
El 13 de diciembre de 1937 fue un día aún más sangriento. Ese día, Nanjing se convirtió en un verdadero infierno en la tierra. Los invasores japoneses eran como Shura con ojos rojos. Mataron a todos los que vieron y quemaron sus casas. Incluso quemaron y enterraron a los vivos. Durante esta masacre de seis semanas, "el agua de la orilla del río se volvió completamente roja, y todas las zanjas y barrancos dentro y fuera de la ciudad se llenaron de cadáveres".
El faro de humo en la orilla de Marco Polo El puente todavía es apenas visible. El incidente del 7 de julio parece que fue ayer. Ocho años de guerra dejaron esta tierra devastada. La masacre de Nanjing causada por los incendios, asesinatos, saqueos y brutalidad desenfrenada de los invasores japoneses conmocionó al mundo entero. Frente a estas espinas, bosques y pantanos, bajo el liderazgo del Partido Comunista de China, cuántos hijos e hijas leales entregaron la cabeza y derramaron su sangre. para lograr la victoria en la Guerra Antijaponesa.
El pasado desafortunado es una advertencia para nosotros de que la nación china debe levantarse y ya no estar a merced de otros. Mirar hacia atrás en la historia no es desahogar el odio, sino hacer sonar la alarma.
Bajo el liderazgo del Partido Comunista de China, después de 30 años de reforma y apertura, China se presenta en el mundo con una nueva actitud. Treinta años de grandes cambios y treinta años de gloriosa historia han creado el sueño centenario de una nación.
Los últimos 30 años han sido testigos de un vigoroso desarrollo económico, con un PIB que aumentó casi 60 veces en tan solo unos pocos años. Este logro no sólo está escrito en la historia de China, sino que también inscribe un capítulo glorioso en su larga historia. Estos 30 años han sido testigos del vigoroso desarrollo del deporte. Desde que Xu Haifeng ganó su primera medalla de oro en 1984, los atletas olímpicos de China han logrado un éxito tremendo. ¡El telón de los Juegos Olímpicos se abrirá en suelo chino y nos convertiremos en los maestros de los Juegos Olímpicos! Estos 30 años han sido testigos de la continua innovación de la ciencia, la tecnología y la tecnología aeroespacial, haciendo realidad el sueño milenario de volar al espacio.
Cuando estas buenas noticias llegaron una tras otra, todo el país se emocionó. ¿Cuánta gente derrama lágrimas de emoción? Y China, como gallo, despierta el silencio al amanecer; como dragón, lleva la tormenta de los tiempos, muestra la gloria de China al león. Sin embargo, debemos ser muy conscientes de que el mundo de hoy todavía se encuentra en la era de la jungla y los fuertes, y el humo de la pólvora todavía impregna la tierra. Como nueva generación de la patria, debemos hacer algunas contribuciones a la patria.
La historia es el mejor libro de texto. Abrir los recuerdos del pasado y revivir las dificultades de la Guerra Antijaponesa inspirará a todos los hijos e hijas chinos. "No olvidar la humillación nacional y hacer realidad el sueño chino" no es sólo un eslogan, es una responsabilidad histórica y nuestra responsabilidad.