¿Cómo escribir una composición de entrenamiento militar que sea primero amarga y luego dulce?
El entrenamiento militar es duro. Bajo la severa reprimenda del instructor, repetimos la misma orden una y otra vez bajo el sol abrasador: "Tómate un descanso, ponte firme, gira a la derecha, mira a la derecha". El sudor corría por nuestras mejillas y empapaba nuestra ropa, y nos dolían los talones de estar tanto tiempo de pie... pero no nos quejamos, no nos sentíamos cansados. El entrenamiento estricto gradualmente suavizó nuestras aristas y me enseñó paciencia y fuerza.
El entrenamiento militar es dulce. Porque probé tanto el amargor como el dulzor. De las fuertes consignas experimenté la alegría de la unidad; de las sonoras canciones militares experimenté la alegría de seguir adelante. Cuando nuestra cola cambió de desordenada a ordenada y rítmica, escuché el aplauso del público en el escenario donde se informó la actuación y sentí la alegría del éxito. Al ver los resultados de estos días de arduo trabajo y sudor, todos se sienten dulces en el corazón.
La quietud de la postura militar y los pasos ordenados y potentes permiten apreciar verdaderamente la minuciosidad de los soldados. Después de seis días de entrenamiento, me di cuenta de mi estricto concepto de tiempo y mi perseverancia. Incluso las acciones más simples las repetimos innumerables veces en el campo de entrenamiento, usando nuestros corazones para apreciar verdaderamente el espíritu heroico de los soldados. Estar en la postura militar te brinda la columna vertebral inquebrantable de los descendientes de Yan y Huang, y la perseverancia infinita de los descendientes del dragón. Practicar dar la vuelta refleja la actividad y agilidad del pensamiento humano y la grandeza del colectivismo. Sin gotas de agua no habría ríos ni mares. Sin el esfuerzo de cada uno de nosotros sería imposible lograr un equipo tan completo. Cada movimiento de entrenamiento me hizo darme cuenta profundamente del poder de la unidad, la cooperación y la importancia del espíritu de equipo.
Al recordar estos últimos días, tengo muchos sentimientos. "El filo de una espada proviene del afilado, y la fragancia de las flores del ciruelo proviene del frío glacial", es la experiencia del entrenamiento militar. "Miles de veces de duro trabajo te harán más fuerte, incluso si el viento sopla del sureste al noroeste", es el resultado del entrenamiento militar. La sensación del entrenamiento militar debe experimentarse con el corazón. Nos enseña a cuidar de los demás, profundiza nuestra comprensión de la responsabilidad de defender la patria y nos dice la actitud que debemos adoptar ante las dificultades. Gracias al entrenamiento militar, al menos ya no somos niños delicados o niñas a las que les encanta llorar. Sabemos que ante las cumbres debemos construir nuestras propias escaleras. Cuando nos topamos con un acantilado, tenemos que atar la cuerda nosotros mismos.
¡Tu destino está en tus propias manos, depende de si puedes captarlo!