Un poema antiguo sobre la sonrisa de una mujer hermosa.
La princesa monta una sonrisa en el mundo de los mortales, pero nadie sabe que es un lichi.
Con hermosas cejas y ojos esculpidos, las expectativas se disparan. La esencia de los colores literarios y artísticos te hace olvidar la vulgaridad.
Tus manos son suaves, tu piel está solidificada, tu collar es como una salamandra, tus dientes son como los de un rinoceronte y tu cabeza es como las cejas de una polilla. Tienes una hermosa sonrisa.
Los ojos encantadores son tímidos y los labios sonríen. El viento sopla a través del cinturón de uvas y el sol brilla sobre la falda de granadas.
Se sospecha que la pequeña Bailan, con su pequeño abanico y su fino cinturón de jade bailando con una gasa, es un hada que ha descendido a la tierra. Ella mira hacia atrás y sonríe, ganando la gloria.
Como nubes ligeras que cubren la luna, revoloteando como el viento que regresa a la nieve. Mirando desde lejos, si el resplandor de la mañana se eleva; si te obligan a examinarlo, arderá como una ola.
Si no te quejas, te enfadarás. Es tan hermoso y elegante que lo olvidé por completo.