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Reflexiones sobre dos historias cortas de Diógenes

Diógenes fue un filósofo cínico de la antigua Roma. Dos de sus historias provocaron cierta reflexión.

1. Diógenes era un noble cuya vida estaba a cargo de esclavos. Un día liberó a todos los esclavos, y alguien le preguntó: "¿Cómo puedes vivir sin esclavos?" Diógenes respondió: Lo extraño es que los esclavos pueden vivir bien sin amos, pero los amos pueden vivir bien sin esclavos.

Pensamiento:

Primero, las personas deben ser independientes.

¿No es el autocuidado una condición necesaria para la supervivencia de una persona? Es un hecho natural al igual que poder respirar por cuenta propia. (No hablaremos aquí de personas que están gravemente enfermas o que nacieron con discapacidades).

La independencia también se refleja en el concepto de "yo" en la mente de las personas. El hombre es un animal social y es también la suma de todas las relaciones sociales. La vida y el trabajo son siempre inseparables del trato con las personas. En una era en la que todo el mundo habla, "ser uno mismo" es una etiqueta única que destaca entre la multitud. Si la gente sigue a la multitud, eventualmente se convertirán en hormigas sin sentido.

En segundo lugar, las personas son interdependientes. La interdependencia entre las personas es la relación entre * * * vida y * * * ganar. La independencia es la base de una persona y la cooperación es la forma de lograr el éxito.

2. Alejandro Magno se enteró de que el famoso filósofo Diógenes quería invitarlo a verlo. Esta fue la respuesta de Diógenes: La distancia a la que voy a ver al gran emperador es la misma que la distancia a la que el gran emperador viene a verme. Esto significa que si Alejandro quiere verlo, puede acudir a él, y no es necesariamente Diógenes quien va a ver a Alejandro.

Pensamiento:

Primero, si una persona sin talento dice algo como esto, debe ser pretencioso. Si una persona talentosa dice esto, definitivamente atraerá el respeto.

Esta frase no está mal, el problema está en las diferentes personas que la dicen. Todo lo que puedes hacer es mejorar tus habilidades y respetarte a ti mismo para ganarte el respeto de los demás.

En segundo lugar, respetar a los demás es también respetarte a ti mismo.

Respetar a los demás es a la vez educado y educado. Si te sientes aburrido o enojado por el comportamiento de otras personas, en realidad eso se refleja en la sombra de tu corazón. Este tipo de aburrimiento es en realidad un reflejo de tu insatisfacción transferida a los demás.