Cuando abrí los ojos, sentí una sensación astringente, como alfileres y agujas. Lo sabía. Sé que mi Padre me está guiando por mi seguridad. Odiaba la lluvia constante, dejaba a mi padre empapado hasta los huesos. Odio la lluvia tacaña. ¿Por qué no te detienes un momento y aligeras la carga de mi padre? Odio la lluvia porque lastima a mi dios. Odio la lluvia porque hace sufrir a mi dios. Padre, Dios mío, desafiaste el viento y la lluvia para darme un paraguas. Yo ~~~~~ En este momento, se puede decir que mi estado de ánimo es silencioso.