¿Qué pasa con la propuesta de prohibir las tarjetas de crédito a los estudiantes?
No es necesario que los estudiantes universitarios gasten más dinero que antes. Hoy en día, los gastos de la mayoría de los estudiantes universitarios en el campus los pagan básicamente sus padres. Si no estuvieran obsesionados con la comparación, el subsidio de subsistencia que les proporcionaron sus padres sería suficiente para sus gastos diarios. Sin embargo, después de ingresar a la universidad, algunos estudiantes no pueden liberarse de las tentaciones de la sociedad y alguna vez cayeron en el atolladero del consumo. Además, nunca han tenido un concepto de dinero y no pueden controlar su poder adquisitivo. Tratar de llegar a fin de mes solicitando varias tarjetas de crédito sólo hará que su límite de crédito esté cada vez más vacío. A tan temprana edad, su historial crediticio ya está manchado.
Pero, de hecho, para los estudiantes universitarios, no es necesario gastar por adelantado. La vida universitaria debería consistir en estudiar mucho y valorar la última oportunidad académica, en lugar de permitirse todo tipo de consumo. Si necesitas gastos especiales, puedes decírselo a tus padres en lugar de solicitar varios préstamos simples. Hoy en día, muchos préstamos se cuelan en los campus con el lema de pagos mensuales fáciles. Tras coger desprevenidas a un grupo de chicas, las atraen al abismo de los préstamos. Incluso hay muchos jóvenes que han caído en el abismo del deseo porque no pueden pagar sus préstamos y han hecho cosas de las que se arrepentirán el resto de sus vidas.
La conclusión de estas cosas es que los estudiantes pueden solicitar tarjetas de crédito, por lo que prohibir a los estudiantes solicitar tarjetas de crédito puede impedir efectivamente que los estudiantes universitarios gasten por adelantado. Por otro lado, en los últimos años, para atraer estudiantes, se han solicitado varias tarjetas de crédito en el campus, fenómeno que independientemente de si los estudiantes optarán por préstamos convencionales. Del mismo modo, las escuelas también deben fortalecer la educación y orientación de los niños. Durante la universidad, los estudiantes deben mejorar sus conocimientos sobre consumo financiero. Los padres también deben ayudar a sus hijos a formarse un concepto correcto del consumo y frenar su deseo de consumir en la vida diaria, para que puedan tener una creencia más firme y enfrentar las tentaciones de la sociedad en el futuro.