Diligencia, ahorro y limpieza son las parejas de virtudes
La diligencia a lo largo de la vida es el fundamento; la sinceridad es el fundamento de todas las generaciones.
Manejar un hogar requiere diligencia y ahorro; el aprendizaje requiere perseverancia.
El entorno familiar sigue siendo inocente; los niños se vuelven lujosos.
La diligencia y el ahorro son virtudes; el trabajo es la más gloriosa.
El libro de oro de la diligencia y el ahorro; la raíz de la poesía y la caligrafía.
Todo aquel de corazón humilde es feliz; el humilde puede vivir en paz.
La virtud se acumula con la generosidad; la fortuna se gana con la frugalidad.
La descendencia de una familia virtuosa es grande;
Observar la prosperidad del sueño por la mañana y por la noche; reconocer los altibajos de la historia familiar.
Todo es armonía; toda la familia disfruta de la brisa primaveral.
Si amas a tu hijo, primero debes disciplinarlo; cuando formas una familia, debes proteger a tu familia.
Siempre ordenaré a mis descendientes que sean virtuosos; me entregaré a la poesía, a la bebida y al disfrute de mi vida.
Construir una familia es como recoger tierra con una aguja; perder una familia es como surfear en la arena.
Aprende de tus hijos y nietos antes de enseñarte a ti mismo; conviértete en un inmortal, conviértete en un Buda y conviértete en un adulto.
Los hermanos se divierten; los descendientes y los virtuosos no tienen nada más que pedir.
Ser paciente y armonioso es un buen plan; ser diligente y ahorrativo es un buen plan para iniciar un negocio.
Toda la familia está solemne y pacífica; hay desacuerdos en la misma habitación e insultos desde afuera.
Cuando entras al mundo necesitas talento pero también disciplina; si transmites virtudes familiares, también debes acumular libros.
Es difícil iniciar un negocio y hay que ser frugal; no es fácil mantener el éxito y hay que evitar el lujo.
Es un placer luchar por la familia, y el país estará sano si todos estamos cerca unos de otros.
Enséñales las enseñanzas a tus hijos y nietos; acumular buenas obras es mejor que acumular dinero.
Enseña a tus hijos y nietos a determinar tu papel; estudia para hacer el bien y ser buena persona.
Los pobres no venden libros para que sus hijos puedan leer; los viejos todavía plantan bambúes para que otros lean.
Ser agraciado y armonioso es una cortesía; ser apaciguador no es bondad.
Ten una colección de miles de libros para enseñar a tus hijos; compra diez acres de tierra y planta pinos.