Colección de citas famosas - Slogan de motivación - Tres formas de dejar de decir malas palabras

Tres formas de dejar de decir malas palabras

Método 1

1/3: Entrénate para dejar de decir malas palabras.

1. Pide ayuda a tus amigos. Como todo, compartir un acontecimiento difícil con un amigo o pareja puede hacer que todo el proceso sea más llevadero e incluso más agradable. Hay dos formas de conseguir que un amigo te ayude a dejar de decir malas palabras: Puedes conseguir que un amigo que también tenga la costumbre de decir malas palabras deje de decir malas palabras contigo. También puedes pedirle a un amigo que no diga palabrotas que controle tu lenguaje y te dé algunos recordatorios amables cuando digas palabrotas accidentalmente. De cualquier manera, tener a alguien que te haga responsable por decir malas palabras te obligará a ser más estricto contigo mismo y romper el mal hábito de decir malas palabras de una sola vez.

2. Reconocer los motivos de las malas palabras y aprender a evitarlas. Las razones que cada uno tiene para querer maldecir son diferentes. Para algunos, el tráfico les hace maldecir; para otros, podría ser la cola del supermercado; para otros, podría ser otra persona muriendo en Juego de Tronos. Si puede identificar las razones específicas para decir malas palabras, es posible que pueda evitarlas: por ejemplo, retrasar la salida del trabajo 30 minutos para evitar las horas pico, comprar en línea o ver Friends en lugar de Game of Thrones. Trate de no ir a ningún lugar que lo haga sentir negativo y será mejor que tenga el control de lo que dice.

3. Utiliza un frasco maldito. El frasco de maldiciones es un método eficaz que se ha demostrado experimentalmente para ayudar a las personas a romper el hábito de decir malas palabras. Específicamente, toma un frasco grande o una alcancía (algo que no puedas tocar fácilmente). Cada vez que dices malas palabras, pones un dólar (o cualquier otra cantidad de dinero) en el frasco. Puedes mirar el frasco de la maldición cada dos días como un castigo o una recompensa tardía: cada vez que maldices, debes despedirte de un dólar, por lo que el frasco de la maldición puede verse como un castigo. Pero también es una ventaja, porque una vez que el frasco esté lleno (o hayas dejado con éxito tu mal hábito de decir malas palabras, lo que ocurra primero), puedes gastar el dinero que contiene, ya sea que quieras comprarte algo nuevo. Todavía se donan cosas a caridad. Si reúnes a mucha gente para dejar el mal hábito de decir malas palabras, colocar este frasco de maldiciones en tu oficina es una buena opción. Todos se vigilan unos a otros para asegurarse de que nadie se cuele y no pague. Una vez que el tarro esté lleno, podrás celebrarlo comprando una máquina de café para todo el piso.

4.Ata una banda elástica alrededor de tu muñeca. Al igual que ponerle un collar a un perro para acabar con un mal hábito, colocarle una banda elástica alrededor de la muñeca hace algo similar en el caso de los humanos. Aunque este método resulta molesto, es muy eficaz. Básicamente, todo lo que necesitas hacer es atarte una banda elástica o una cinta para el cabello alrededor de tu muñeca y golpearte cada vez que te sorprendas diciendo malas palabras. La idea detrás de este enfoque es que tu cerebro asociará las malas palabras con el dolor, lo que te mantendrá mentalmente alejado de las malas palabras a largo plazo. Si realmente quieres utilizar este método, también puedes pedirle a un amigo (preferiblemente un amigo un poco schadenfreude) que te ayude a jugar con las bandas elásticas. Pero tienes que estar de acuerdo.

5. Haz como si tu abuela estuviera escuchando. Otra forma es imaginar que alguien está escuchando cada vez que quieres maldecir. Siempre. Podría ser tu abuela, tu jefe o tu simple hijo o hija. En resumen, es la persona frente a la que te da vergüenza decir malas palabras. Cada vez que digas malas palabras, imagínalos parados frente a ti, mirándote con ojos asustados. Esto debería impedirte decir malas palabras.

6. Evite la música explícita y otros medios que utilicen malas palabras con frecuencia. El hábito de muchas personas de decir malas palabras, especialmente los adolescentes, está influenciado por el contenido explícito de su música, películas o programas de televisión favoritos. Si crees que esto también te está afectando y maldices como tu rapero favorito, es posible que tengas que volver a la realidad y decirte que esa no es la forma en que la gente habla en la vida real. Intente sintonizar su radio con música pop muy limpia, o al menos descargue versiones limpias de sus canciones favoritas.

Método 2

2/3: Cambia tu actitud

1. Convéncete de que decir malas palabras es un mal hábito. Las malas palabras se utilizan a menudo en muchas situaciones. Podrías decir esto cuando estés enojado o frustrado, o cuando estés tratando de enfatizar tu punto o de ser gracioso. Decir malas palabras es un mal hábito por muchas razones. En primer lugar, da la impresión de que eres estúpido o con poca educación, aunque no sea así. En segundo lugar, si se lo dice a otra persona, puede interpretarse como una señal de intimidación o acoso.

Finalmente, puede ofender a su audiencia o desanimar a otros, limitando así sus perspectivas laborales o dañando sus relaciones potenciales. Si creciste en una familia malhablada, es posible que hayas adquirido el hábito de decir malas palabras desde una edad temprana. Es posible que también se haya desarrollado en la escuela secundaria, donde querías lucir genial frente a tus amigos diciendo malas palabras. Cualquiera sea la razón, no necesitamos mirar atrás y culpar a nadie. Lo más importante es que te des cuenta de que tienes este problema y trabajes para corregirlo.

2. Practicar el pensamiento positivo. El pensamiento positivo es muy importante para romper con el hábito de decir malas palabras. Esto se debe a que las personas suelen querer maldecir cuando se quejan de algo, están de mal humor o tienen emociones negativas. Al pensar positivamente, reducirás gradualmente tu necesidad de maldecir. Sin embargo, hay que reconocer que aprender a mantener una actitud positiva es muy difícil. Si siente que tiene más emociones o pensamientos negativos, deténgase, respire profundamente y pregúntese: "¿Realmente importa?". Por ejemplo, pregúntese: "¿Realmente importa si estoy unos minutos?". ¿llegas tarde a una reunión?" o "¿Cuál es el problema si no encuentro el control remoto y necesito cambiar el canal del televisor?" Poner una situación en perspectiva puede ayudarte a calmarte y eliminar las emociones negativas. En segundo lugar, debes mantener una actitud positiva hacia ti mismo para romper con el hábito de decir malas palabras. Si tienes pensamientos pesimistas y dudas sobre si podrás romper con el mal hábito de decir malas palabras, ya estás perdiendo en la línea de salida. Recuerde que si las personas pueden dejar de fumar o perder cientos de libras con una dieta, ¡ustedes definitivamente pueden dejar de decir malas palabras!

3. Ten paciencia contigo mismo. Decir malas palabras puede ser un hábito que haya desarrollado a lo largo de los años y es posible que se haya convertido en parte de su lenguaje diario. Como cualquier hábito arraigado, no puedes dejarlo de la noche a la mañana. Entrenarse para no maldecir es un proceso. Pasarás por momentos buenos y malos, pero la perseverancia es lo más importante. Recuerda por qué lo estás haciendo e imagina lo bien que te sentirás cuando finalmente dejes este mal hábito. Piensa por qué quieres dejar de decir malas palabras. Tal vez no quieras dar una mala impresión en tu nuevo trabajo o no quieras dar un mal ejemplo a tus hijos. Utilice estas razones para seguir adelante. Hagas lo que hagas, no te rindas. ¡Practica tu autocontrol y recuerda que puedes hacer cualquier cosa que te propongas!

Método 3

3/3: Cambia tu forma de hablar.

1. Presta atención a tus hábitos de decir malas palabras. Ocasionalmente, se puede ignorar una mala palabra, pero si te encuentras diciendo malas palabras con frecuencia y no puedes evitar decir una o dos palabras sin una mala palabra, debes saber que tienes un problema. El primer paso para aprender a dejar de decir malas palabras es ser consciente del problema cuando lo dices. ¿Sólo maldices a determinadas personas o sólo en determinadas situaciones? ¿Tienes alguna mala palabra en particular que te guste usar? Intenta descubrir por qué maldices y cómo esta mala palabra en particular afecta tu forma de hablar. Una vez que empieces a prestar atención a tus hábitos de decir malas palabras, te sorprenderá descubrir cuánto confías en las malas palabras para expresarte. No te alarmes demasiado. Ser consciente de la frecuencia con la que dices malas palabras es el primer paso para cambiar este hábito. Una vez que empieces a prestar atención a tus propios hábitos de decir malas palabras, empezarás a notar la frecuencia con la que otras personas dicen malas palabras, y es posible que ni siquiera te des cuenta. Esto también es bueno porque te das cuenta de lo incómodo que es escuchar a alguien maldecir y de lo malo que puede dejar una mala impresión en los demás.

2. Reemplazar las malas palabras por lenguaje inofensivo. Una vez que hayas encontrado tus principales malas palabras, puedes comenzar a eliminarlas de tu discurso habitual. Esto se aplica cuando maldices sin motivo alguno, no estás enojado, simplemente estás usando la mala palabra como recurso retórico. Puedes reemplazar la mala palabra con una palabra inofensiva que pueda tener el mismo comienzo o pronunciación pero que no tenga una connotación negativa. Por ejemplo, intenta utilizar "azúcar" en lugar de "mierda**" o "pato" en lugar de "joder". Al principio te sentirás tonto al decir estas cosas, pero te acostumbrarás después de un tiempo. El uso de estas palabras sin sentido también puede eliminar por completo tu necesidad de expresar emociones negativas. Incluso si accidentalmente dices una mala palabra que no deberías decir, vuelve a decirla inmediatamente con la palabra de reemplazo. Con el tiempo, tu cerebro asociará estas dos palabras y podrás elegir activamente una de ellas.

3. Amplía tu vocabulario. El problema de usar malas palabras a menudo por "falta de una palabra mejor" es que en realidad hay muchas palabras mejores que esta mala palabra, cualquiera de las cuales te hará más conciso y persuasivo. Al ampliar tu vocabulario y reemplazar tus malas palabras comunes con algunas, te volverás más inteligente, más cómodo y más relajado que antes.

Haz una lista de las malas palabras que te gusta decir y busca las alternativas correspondientes en un diccionario. Por ejemplo, podrías reemplazar las malas palabras de las que hablas todo el día con palabras más descriptivas y humorísticas, como "hablar dormido, comida para cerdos, charlas tontas y tonterías". También puedes ampliar tu vocabulario leyendo más libros y periódicos. Escribe tus adjetivos favoritos e intenta usarlos en oraciones. Colegas, intenten escuchar lo que dicen los demás y escriban las palabras que utilizan para expresarse.

Consejos

Las investigaciones demuestran que puedes dejar un mal hábito en 21 días. Utilice esta ley para fijarse una meta: ¡no maldecir a nadie durante 21 días! Da un buen ejemplo a tus hijos. Si te ven decir malas palabras, pensarán que es genial y aprenderán a decir malas palabras. Practica dejar ir tu ira y frustración. Esto evitará la necesidad de hablar, y mucho menos maldecir. Esto también te mantendrá en buena forma física y mental. Si tienes ganas de decir malas palabras porque algo te frustra, cuenta hasta 10 y respira profundamente. Cuando hagas estas cosas, tus impulsos desaparecerán. No creas que no puedes maldecir en absoluto (a menos que quieras). Incluso las personas más educadas a veces maldicen, por ejemplo, por dolor, miedo o pérdida. El objetivo principal de este artículo es evitar que las malas palabras se conviertan en la principal herramienta de comunicación en sus pensamientos, acciones y palabras.

Advertencia

Di malas palabras puede hacer que te expulsen de varios sitios web, ya sea un foro en línea o un juego multijugador masivo en línea. Decir malas palabras en el trabajo puede provocar que te despidan. En algunos países o ciudades, decir malas palabras en público puede acarrearle una multa o incluso pena de cárcel.