La maestra está ansiosa por leer a los estudiantes la recitación del poema del día de Año Nuevo.
Cada vez que entro en el encantador aula a la luz de la mañana, una emoción indescriptible recorre todo mi cuerpo. Como estudiante, amo mi escuela y mi clase. Amo cada cuadrado, cada palabra en inglés, cada ecuación, cada tierra y cada mar. En el laberinto del conocimiento, saboreamos la alegría de la creación, exploramos la verdad, perseguimos nuestros sueños y partimos con el sol. Queremos crear la gloria de la vida.
Cada vez que salgo del campus a la luz de las estrellas, miro hacia atrás y veo las largas luces nocturnas brillando junto con las estrellas en el cielo.
Cada vez que salgo del aula y miro hacia atrás, veo huellas de nuestra lucha en cada escritorio.
Los profesores deberían estar rodeados de caras sonrientes y felices. Sé que este es el tesoro más preciado. Cuando las cartas de felicitación llegaron como copos de nieve, una especie de santa felicidad fluyó en mi corazón. No soy un gigante, pero quiero que mis alumnos se suban sobre mis hombros. En el suelo fértil del campus, hay tantos ojos sinceros y expectantes, el cuidado de los líderes y las expectativas de los padres, que nos reconfortan a cada uno de nosotros. Pero también nos hace sentir el peso sobre nuestros hombros. Lo que podemos hacer es darte un par de alas para volar.
Maestro Sheng, usted suele decir que las flores le permiten florecer y los pájaros le permiten extender sus alas. En la escuela hemos perfeccionado nuestra personalidad, promovido nuestra individualidad y desarrollado nuestras especialidades. Cuando volemos, tendremos un par de alas que batirán el cielo, pero no importa a dónde volemos, tú eres la persona que más nos importa y admiramos. El campus siempre será nuestro lugar más embrujado.
Después de cuatro años de enseñanza, los grupos de estudiantes fluyen en un abrir y cerrar de ojos. Lo que permanece sin cambios es nuestra responsabilidad.
Cuatro años de vida pasarán en un abrir y cerrar de ojos. Sembramos sudor y cosechamos esperanza.
Esperamos que llegue dentro de diez años.
Esperamos que llegue dentro de veinte años.
Esperamos su continuo crecimiento.
Esperamos con ansias la sonrisa y los elogios del maestro.
¡Esperamos * * * con ansias el nombre claro y contundente de Clase 34, Clase 6! Sigan con el buen trabajo, ¡lo esperamos con ansias!