Poemas inspiradores sobre el verano
Poemas inspiradores sobre el verano Primera parte: Mañanas de verano Autor: Un toque de verde.
Temprano en la mañana
La cigarra toca la trompeta.
El calor
comenzó a entrar a raudales
El árbol quieto
La transpiración dejó la mente vacía.
Porque yo
El paisaje lejano está separado por la ventana
Ponlo más lejos
Sobre el verano Poemas inspiradores Parte 2: Mi los refrescos de verano son coloridos en verano.
Decora completamente mi vida.
El corazón bloqueado ya no calla.
La hierba también canta con ganas.
Cómo quiero andar en mi pequeña bicicleta rota.
Lleno de gritos de feliz domingo.
Deja que el sudor arrastrado por el viento empape tu ropa.
Que la sangre joven arda como el fuego.
Mi verano soy yo en verano.
La vida de verano me pone colorida.
La tercera parte de poemas inspiradores sobre el verano: El pleno verano que el verano recobra para ti.
No más sueños
La luz de la luna se filtra por la celosía de la ventana
El jacinto sigue siendo el mismo.
Golpea suavemente.
Suspiré un par de veces y luego me caí
En la esquina del cuento
Había un ruiseñor
Cantando en un voz baja
La estación en la que no llueve
El pasado seco se está desvaneciendo lentamente.
Sólo los sauces verdes dependen unos de otros.
Difundelo
El que está lleno de recuerdos
Caminos de grava
Poemas inspiradores sobre el verano Parte 4: Saborear el paso del verano Muchos obstáculos.
Atravesando una serie de montañas
Un camino sinuoso nos guiaba.
El verano ha entrado sin saberlo.
Le regalé una rosa.
Deja una fragancia persistente en tus manos.
Ella sonrió y me entregó un melocotón.
El bocado es tan dulce
La marcha de la cosechadora resonó alrededor de la viga
El trigo tímido se escondió en la habitación.
El sorgo y el maíz están llenos de poder.
Seguimos colgando
El sol nos quita la ropa primaveral.
Ponte una falda fina
Una toalla blanca y considerada.
Secarnos suavemente el sudor
Siembra un maíz en primavera,
Tiene raíces profundas y hojas frondosas, llenas de vitalidad.
Los agricultores están desyerbando al mediodía.
El sudor nutre la dedicación desinteresada.
El río feliz canta y baila.
Sigue guiñándonos un ojo.
Abrazos apasionados y besos íntimos
nos hacen sentir cómodos en todas partes.