Poemas cortos sobre plantas, poemas modernos.
1. Flor de durazno
Las flores de durazno rodean los pabellones y pabellones, casándose una vez más con el mundo encantador. Hilos de seda rosa se desbordaban de los estambres, cubriendo la belleza de la luz de la luna. En ese momento, mi alma reservada yacía sobre un pétalo medio abierto y medio cerrado, esperando con ansias un rostro familiar y sonriente que atravesaba la tranquila montaña.
2. Las flores de colza
De sur a norte son amarillas, de oeste a este son amarillas. Cuando sopla la brisa primaveral, parece un océano dorado. Las olas son cada vez más altas, como si permanecieran en los brazos de su madre.
3. Amor de Loto
A menudo te encuentro en mis sueños, pero me despierto sin nada. Hoy realmente me embarqué en un viaje, recorrí miles de kilómetros, pero el tiempo ha cambiado, las cosas han cambiado y las personas han cambiado. La brisa de la montaña me dice que de repente anhelas verme, desde principios de primavera hasta finales de otoño.
Yun me dijo que nunca olvidarás tu antiguo amor prometido y que todavía me amas profundamente. La esbelta y grácil belleza te hizo partir con melancolía y desilusión, pero aún así mirabas hacia atrás con frecuencia para buscarme. Mi ángel hermoso y puro, no hay palabras para expresar lo mucho que siento por ti. Incluso si no te vuelvo a ver en esta vida, no me arrepentiré. Quiero convertir el pasado en eternidad, tu estatua ha quedado grabada en mi corazón.
4. Peach Blossom
Cada vez que abro la ventana y miro a mi alrededor, abres la boca y cantas fuerte. Solo te veo tomando tu trompeta rosa y tocando un movimiento. canción, como si contara algo alegremente. Lo pensé durante mucho tiempo, ¡oh! Entonces le estás diciendo a la gente que la primavera ya está aquí.
5. El árbol al lado de la ventana
El árbol frente a mi ventana, el árbol frente a mi ventana Cuando cae la noche, cierro la ventana pero nunca cierro; las cortinas, para que tú y yo no seamos separados. Eres la sombra brumosa del sueño que se eleva desde el suelo, eres tan errático como nubes flotantes y todo lo que predicas en voz alta con tu lengua suave no siempre es profundo.
Pero árbol, veo que el viento te sacude. Si me vieras durmiendo en esta habitación, verías que fui sacudido violentamente, casi arrastrado por la tormenta. El destino de aquel día, por su alegría, nos unió a ambos; a ti por el clima exterior, a mí por la tormenta interior.