Periódico manuscrito sobre historias de aventuras 10 puntos
La cultura y la ciencia humanas avanzan en el proceso de curiosidad, exploración y descubrimiento. La exploración es fascinante. Los exploradores siempre renuncian a una vida cómoda y una familia cálida, y soportan voluntariamente sufrimientos inimaginables y la amenaza de muerte. Por ejemplo, la exploración humana del Ártico estuvo llena de sufrimiento y sacrificio. En 1844, nadie sobrevivió a la expedición de 129 hombres dirigida por el británico Sir John Franklin. En 1873, una expedición de más de 30 personas dirigida por el estadounidense George Washington DeLong fracasó y solo sobrevivieron dos personas. En 1881, la expedición Greeley de 26 miembros en los Estados Unidos no logró llegar al Polo Norte, pero murieron 19 personas. No fue hasta el 6 de abril de 1909 que el explorador estadounidense Robert Peary y sus compañeros conquistaron el Polo Norte. Los seres humanos son inquietos por naturaleza porque siempre están rodeados de un mundo desconocido. Este mundo desconocido estimula siempre el instinto de curiosidad y el deseo de aventura del ser humano.
En la superficie, todos tenemos el mismo mundo. El sol, la luna, la tierra y el mar son iguales para todos. Pero, de hecho, el mundo es diferente para cada uno, muy diferente. Prefiero creer que el mundo es limitado, y que el mundo de cada persona es el alcance máximo de sus huellas, de sus sentidos y su extensión, de su psicología y de su conocimiento. Algunas personas tienen un mundo pequeño y otras tienen un mundo grande. La misión de la vida es expandir y enriquecer el mundo de uno, de un mundo pequeño a un mundo grande y a un mundo más grande.
Creo que la vida es una aventura. Todo el mundo es un explorador. La trayectoria la creas tú, no la trayectoria original. Esto es no determinismo. Filosóficamente hablando, cada persona con libre albedrío es un explorador cuando intenta crear un estilo de vida y un valor de vida únicos. Hablando de aventura desde una perspectiva filosófica, parece que la definición de aventura es demasiado amplia. Todas las actividades humanas en la tierra y en el universo son aventuras.
Entonces, ¿qué es la aventura en sentido estricto? Un diccionario lo define de esta manera: "Investigar (las condiciones naturales) en lugares donde nunca nadie ha estado o donde pocas personas han estado". Esta definición es correcta, como el descubrimiento del Nuevo Mundo por parte de Colón en América, el primer viaje de Magallanes. mundo, el viaje de Livingstone a través del continente africano y el viaje de Sven Haiding a través del desierto de Taklimakan en Xinjiang son las aventuras más clásicas. Pero esta definición no es exhaustiva, porque además de la exploración geográfica, los humanos también realizan una gran cantidad de actividades de exploración cultural.
Hoy en día, debido al avance de la ciencia, el desarrollo del transporte y la cobertura de la información, hay muy pocos lugares en la tierra en los que la gente no haya estado. Por lo tanto, las oportunidades de exploración geográfica han sido relativamente reducidas y los grandes exploradores como Colón y Magallanes también son raros. Yuri Gagarin, el primer orbitador de la antigua Unión Soviética alrededor de la Tierra, y Michael Collins, el primer estadounidense en aterrizar en la Luna, se han convertido en los nuevos exploradores espaciales más famosos. Cada vez hay más exploradores culturales modernos, muchos de los cuales son arqueólogos y antropólogos.
La exploración en un sentido no filosófico, además de la exploración geográfica y la exploración cultural, también debe incluir viajes de aventura, exploración militar, exploración científica y otras formas. Hacer rafting en los tramos superiores de los ríos Yangtze y Amarillo, caminar o andar en bicicleta por China y el mundo son algunos de los viajes más aventureros. Durante la Segunda Guerra Mundial, una unidad de agentes especiales estadounidense llevó a cabo misiones en zonas profundas de Alemania ocupadas por el enemigo. Esta fue una expedición militar. En la década de 1950, el científico chino Peng Jiamu entró en la zona de Lop Nur, el lugar de la muerte en Xinjiang, para una expedición científica.