Imitación: Cuando venga a mi ciudad natal... me alegraré de que hayas venido.
Cuando camines por el campo, la suave luz del sol iluminará tu ropa, tus zapatos y tu cabello. De vez en cuando, un pato se acerca a ti, con un dejo de arrogancia, como si quisiera pellizcarte. Cuando llegue al lago, el sol brillará a través de la superficie del lago, revelando la arena, la grava, los peces pequeños y los camarones en el fondo del agua. Si nadas en el agua, la sensación de frescor te llegará a la cara y te impregnará el corazón. A veces, pequeños peces y camarones nadan para jugar contigo y, de repente, un cangrejo abraza tus pies y te hace exclamar. Pero no te preocupes, tan pronto como llegues a casa, la hospitalaria población rural te aplicará un ungüento. Al recordar aquel emocionante baño, sentí el entusiasmo y la amabilidad de los lugareños. Como si el pequeño dolor que acabo de experimentar no fuera gran cosa.
Bienvenido a mi ciudad natal, ¡estarás encantado de venir!