¿Cómo midieron por primera vez la profundidad del fondo marino?
Por esta razón, han circulado muchas leyendas tentadoras, y el "Palacio del Dragón bajo el Mar" casi se ha convertido en un mito familiar. Algunos intelectuales valientes han realizado miles de exploraciones con este propósito. Cuando fracasan, a menudo arrojan un color misterioso sobre el océano. No fue hasta que Colón descubrió el Nuevo Mundo en el siglo XV que hubo una ola de exploración oceánica en la Tierra, que confirmó la teoría de la geosfera y que los océanos están delimitados. Pero su mundo interior todavía es difícil de ver a través de ella debido a una capa de agua de mar.
Durante el período de descubrimiento geográfico que causó sensación en el mundo, muchos exploradores oceánicos intentaron descubrir qué tan profundo era el océano, pero debido a limitaciones de las condiciones técnicas, se logró poco éxito. El método que utilizan es sencillo. El hombre está de pie en la proa del barco, sosteniendo una larga cuerda en la mano, con un bloque de hierro o plomo en forma de martillo atado a un extremo. Cuando el peso toca el fondo del mar, anota la longitud de la cuerda. Esta es la profundidad del mar. Este método es muy inexacto. A veces un tiburón muerde la cuerda y el topógrafo todavía la está bajando. La profundidad máxima medida con este método fue registrada por el barco de expedición británico Challenger en las aguas de las Islas Marianas en 1875, que fue de 8148 metros.
Más tarde se inventó un instrumento que utilizaba ondas sonoras para medir la profundidad del agua del mar, llamado ecosonda. Coloque este instrumento en un barco y envíe una señal de onda sonora a las profundidades del océano. Después de que las ondas sonoras atraviesan el agua del mar y llegan al fondo del mar, regresan por el camino original y son recibidas por la sonda. Debido a que la profundidad del océano es diferente, la distancia entre las ondas sonoras también es diferente. Las profundidades del océano marcadas en varios mapas ahora se registran mediante ecosondeos. A través de él, las montañas, valles, colinas y llanuras del fondo del mar se muestran vívidamente en el papel, corrigiendo varias imaginaciones erróneas del pasado.
Pero estos no sacian la sed de los exploradores que buscan la fuente. Los biólogos quieren saber si hay vida en el abismo de 10.000 metros. Los geólogos quieren saber si allí hay minerales y petróleo. El deseo de explorar los misterios de la naturaleza les dio el mismo ideal y fueron a mirar el abismo por sí mismos. Durante muchos años, el lema de marchar hacia las profundidades del mar ha inspirado a los exploradores a avanzar con valentía, dejando atrás muchas historias conmovedoras y emocionantes.