¿Por qué las hojas del ciclamen son amarillas?
El caso 1 es causado por deficiencia elemental, porque cualquier planta no puede crecer sin fertilizantes, fertilizantes químicos, nitrógeno, fósforo, potasio y otros oligoelementos. Si solo lo complementas con fertilizantes de nitrógeno, fósforo y potasio, la tierra de su maceta carecerá de otros oligoelementos. Tras un periodo de cultivo, se perderán oligoelementos, especialmente calcio y magnesio, y sus hojas nuevas se volverán amarillas cuando crezcan.
Así que a la hora de realizar el mantenimiento, intenta complementar los fertilizantes de forma equilibrada. Lo mejor es darle un abono rico en fósforo y potasio y que no le falte otros elementos. Por ejemplo, el No. 2, que tiene muchas flores, tiene un alto contenido de fósforo, no le faltan otros elementos y contiene oligoelementos. Dale regularmente de 2 a 3 veces al mes para que siga creciendo y floreciendo. Si quieres criar bien el ciclamen, es importante elegir fertilizante. Es fácil equivocarse si utiliza el fertilizante equivocado.
La segunda situación es causada por una luz insuficiente. Al ciclamen le encanta la luz. Muchos amantes de las flores la mantienen en un ambiente oscuro y con poca luz. Debido a que sus hojas nuevas son muy densas, las hojas viejas bloquean las hojas nuevas. La ponemos en un lugar con muy poca luz, y sus hojas se pondrán de un color amarillo brillante. Incluso si crece sobre hojas viejas, él no verá la luz brillante y las hojas también la verán.
Así que, si cultivas ciclamen en casa, debes intentar colocarlo en un lugar con muy buena luz. El requisito previo para tener suficiente luz es que a la tierra de la maceta no le falte agua. Si hay suficiente luz y falta de agua, las plantas inevitablemente se marchitarán y las hojas se quemarán con el sol. Esto también es algo que debes saber.
La verdad es que el ciclamen es relativamente fácil de cuidar y es propenso a tener problemas cuando lo mantenemos, sobre todo por problemas del verano. Si la mantenemos con normalidad la pondremos en un lugar con buena luz solar, y la regaremos directamente cuando las hojas de debajo se marchiten ligeramente. Si eliges fertilizante, éste debe tener un alto contenido en fósforo y potasio y no carecer de otros elementos. Aliméntelo regularmente de 2 a 3 veces al mes, siguiendo el principio de aplicar fertilizante de manera ligera y frecuente, y no habrá problemas.
No riegues la maceta con frecuencia, y no dejes que la tierra de la maceta se seque por mucho tiempo. Esto es clave para garantizar que esté bien criado. Si sus hojas nuevas se vuelven amarillas, analiza a cuál pertenece en base a dos situaciones. En verano lo colocaremos en un lugar bien ventilado, haremos todo lo posible para darle sombra y procuraremos que la tierra de la maceta esté ligeramente húmeda, para que pueda pasar el verano de forma segura sin necesidad de utilizar fertilizantes químicos.