Los modismos de Zod

Sancho Panza es un personaje importante en la obra maestra de Cervantes "Don Quijote" y también es un fiel seguidor de Don Quijote. Se estrena el capítulo 7 de "Don Quijote".

Sancho Panza fue originalmente un labrador de La Mancha y vecino de Don Quijote. En su segundo viaje, Don Quijote obedeció su deseo y lo premió como gobernador de la isla y se convirtió en su séquito.

Su personalidad y la de su maestro se complementan: el maestro es adicto a la fantasía y siempre realista; el maestro es ávido de justicia y tímido. A lo largo de su obra, su imagen está en constante evolución. Al principio parecía una tontería, pero luego poco a poco se volvió tonto. En el segundo volumen, su personaje se desarrolló aún más: cuando la duquesa se burló de él y se convirtió en "gobernador", juzgó el caso de manera justa, razonable y con tacto, fue honesto y honesto, y sirvió como funcionario durante un mandato. Aunque fueron sólo unos días, logró logros. Sin embargo, fue objeto de burlas constantes y finalmente renunció trágicamente. A través de este personaje, el autor encarna la búsqueda del espíritu democrático.

Además, el lenguaje de los personajes también es muy distintivo: modismos y refranes se utilizan ampliamente y, en ocasiones, incluso se abusa de ellos. Personalmente, creo que el lenguaje de Don Quijote se puede ver en la obra china moderna "He Dian".

Al igual que cuando escribió "Don Quijote", el autor también infiltró sus propios ideales al escribir "Sancho". A Sancho no le preocupa el comportamiento caballero andante de Don Quijote en sí, sino el ideal de barrer la injusticia en el mundo.

Este ideal era inalcanzable en ese momento, ¡pero qué ansias tenía por realizarlo! Más tarde, su anterior relación amo-sirviente fue reemplazada cada vez más por una asociación de * * * y lucha contra las fuerzas del mal. Sin embargo, Sancho no vivió en un espejismo como Don Quijote, sino que mantuvo siempre una personalidad pragmática.

Sancho es un granjero español corriente, gordo y bajo. Su carácter tiene tanto el egoísmo estrecho, la miopía y la timidez de los agricultores, como su lado realista, tranquilo y sobrio. Siempre le recuerda a Don Quijote que regrese a la realidad desde la fantasía, lo que contrasta fuertemente con el fanatismo de Don Quijote.