La siguiente frase del Buda decía que el polvo volverá al polvo y el polvo volverá al polvo.
La siguiente frase es que la vida es como el agua, una vez que se va, nunca volverá.
Esta frase implica el concepto de ciclo natural, es decir, todo tiene su destino. Polvo en polvo, tierra en tierra, representa que los cuerpos de las personas eventualmente volverán al polvo y regresarán a la naturaleza. La vida es como el agua que nunca regresa, lo que implica la irreversibilidad de la vida una vez que pasa, no puede volver a su estado original. Esta frase puede interpretarse como una reflexión sobre la fragilidad y la fugacidad de la vida, llevando a las personas a pensar en el valor de la vida y en cómo enriquecer cada momento.
También recuerda a las personas que valoren el presente y no pierdan el tiempo en cosas irrelevantes, sino que vivan en el presente y busquen cosas verdaderamente significativas para hacer sus vidas más plenas y significativas. Frente a la impermanencia y limitación de la vida, esta frase también da a las personas una actitud de aceptación de la realidad, recordándoles que deben valorar y tratar bien la vida actual pase lo que pase.