Al presidente iraní Rouhani le arrojaron sus zapatos en el aeropuerto. ¿Cuál es el origen de este fenómeno?
Lanzar los zapatos (o Shoeing, en inglés: Shoeing) o exponer las suelas de los zapatos a otros es una conducta insultante en el mundo árabe. Según las costumbres iraquíes, arrojarle un zapato a alguien es el mayor insulto. Significa pisarte y decir que no estás ni siquiera a la altura del zapato.
Desde que Mindaha Zaidi arrojó sus zapatos al presidente Bush de los Estados Unidos, la fiebre por lanzar zapatos se ha extendido por todo el mundo, con incidentes similares ocurridos en Europa, América del Norte, India, Irán, Turquía, Hong Kong y el continente. Porcelana.
El 14 de diciembre de 2008, cuando el presidente estadounidense Bush celebró una conferencia de prensa de despedida en Irak, Zaidi le arrojó un zapato y dijo enojado: "Este es un regalo del pueblo iraquí, este es un beso de despedida". ! ¡Tú, este perro!" Este movimiento atrajo inmediatamente la atención de los medios internacionales y fue considerado un héroe por los antiamericanos en el Medio Oriente. Sin embargo, el reportero que arrojó los zapatos fue condenado a tres años de prisión. Curiosamente, el 1 de diciembre de 2009, cuando Zaidi asistió a una conferencia de prensa en París, Francia, también le arrojaron sus zapatos.
Lanzar zapatos es una expresión de opinión, pero no un derecho.
Lanzar zapatos es diferente a levantar el dedo corazón o sostener una pancarta para protestar. Estos últimos no causarán daño físico a nadie. El objeto de la protesta, siempre que no insulte la personalidad, es la libre expresión de opiniones. Lanzar zapatos, huevos y tomates es lo mismo que tirar piedras. Hay un objetivo claro. Incluso si se falla deliberadamente el objetivo, la intención de causar daño es clara. Es por eso que la mayoría de las personas eligen cosas blandas como tomates, huevos podridos y zapatos, para minimizar posibles lesiones.
Lanzar zapatos puede vulnerar la seguridad de otras personas, e incluso puede dar lugar a demandas por alterar el orden público y la seguridad pública en algunas situaciones. Se trata de una infracción mucho más flexible que la anterior, pero en un país de derecho las consecuencias todavía se pueden predecir. Por ejemplo, el estudiante británico que arrojó su zapato fue demandado por el fiscal por "alteración del orden público y". solicitando 6 meses de prisión" porque por cuestiones de pruebas finalmente fue absuelto por el tribunal.