¿Cómo escribir un ensayo sobre el poder de una frase?
El poder de una palabra
Una persona que está pasando por dificultades a menudo no necesita compasión ni simpatía. A veces lo que necesita puede ser sólo una simple palabra.
Es un chico vivaz que vive felizmente una vida sin preocupaciones. Pero un día, descubrió que de repente la gente se preocupaba especialmente por él, incluso demasiado. Cuando los compañeros tienen cosas buenas, las comparten con él inmediatamente; cuando hace algo mal, sus padres ni siquiera dicen una palabra dura; cuando intimida a un compañero, sus compañeros no se enojan y el maestro no se enoja; criticarlo duramente. Su vida cambió por completo en un día, dejándolo confundido.
Un día, durante una conversación con sus vecinos, se enteró accidentalmente de que padecía una enfermedad terminal. Después de escuchar esto, las lágrimas corrieron por sus mejillas. Cuando entró corriendo a su casa, su corazón parecía haber sido apuñalado con miles de cuchillos; parecía haber sido golpeado con cadenas de hierro; parecía haber sido apuñalado fuertemente con agujas de acero y sentía un dolor terrible; Miró por la ventana el rocío sobre las vides. ¡Era sangre, eran lágrimas!
Sufría dolores todos los días.
Un día, caminaba solo por la calle desierta, pateando piedras en el camino, con lágrimas en los ojos, y se ahogaba... De repente, una voz de niño lo sobresaltó: "Hermano, por favor ayuda". Yo recojo el bádminton del árbol, ¿vale? De repente se quedó paralizado, giró la cabeza y vio a un niño mirándolo con sinceridad. Su expresión repentinamente cambió de sombría a clara y reveló una rara sonrisa. De repente sintió que todavía tenía valor. Las palabras del niño le inyectaron nuevo poder, y esas palabras trazaron un hermoso arco en su vida. Volvió la cabeza, sonrió y le dijo al niño: "No hay problema". Ese niño era yo. Luego comencé a charlar con él, cada uno expresamos nuestros sentimientos y poco a poco nos hicimos amigos.
Un otoño, las hojas revolotearon y cayeron sobre el suelo frío, y él dejó este hermoso mundo con una sonrisa. Lloré amargamente, llorando porque la vida es tan frágil. Me dejó una carta:
"Cada vez que te veo, soy muy feliz. Ahora sólo hay una frase entre mil palabras: '¡Gracias!'
Después de leer la carta, rompí a llorar. Esa noche mi corazón parecía estar abrumado por una piedra pesada, haciéndome dar vueltas y darme vueltas y no poder dormir.
Al día siguiente, caminé por la calle donde lo conocí, escuchando el sonido de las hojas balanceándose, mirando el horizonte lejano y deseando en silencio en mi corazón...