¿Qué es la diplomacia?

El término retórica diplomática siempre ha sido la envidia de la gente común porque la gente común no lo utiliza. Las interacciones de la gente común se limitan a familiares y vecinos y, como mucho, simplemente charlan con los padres de Zhang y la familia de Li. Incluso si sales con amigos todo el día, comiendo y bebiendo, no habrá ninguna diplomacia. De hecho, siempre que salgas de tu casa, ¡tendrás "diplomacia"! "Diplomacia" significa salir a comunicar, no tiene nada de misterioso.

La llamada retórica diplomática es sólo una forma discreta de hablar y maldecir a la gente de manera indirecta. Es necesario expresar plenamente el propio significado y guardar las apariencias suficientes para la otra parte. Es como envolver algodón en la hoja de un cuchillo. No se te permitirá derramar una gota de sangre si te cortan hasta la muerte. Incluso las amas de casa son expertas en este tipo de explicaciones y son mejores criticando a los demás. Sin embargo, es comprensible que se haga esto en los artículos oficiales, pero sería un pecado imperdonable escribir novelas con tales giros y vueltas.

La retórica diplomática es como un adivino ciego. Es confusa y engañosa. En la superficie es muy clara, pero si se analiza más detenidamente no significa nada. Por eso un ciego no puede ver nada, pero puede conocer las bendiciones, los honores y las desgracias de las vidas pasadas y presentes. De hecho, no importa lo que diga el ciego, la clave es tu actitud al escuchar. La razón por la que el adivino ciego siempre da en el blanco es porque crees todo antes de que abra la boca.

Aunque la retórica diplomática es vacía y aburrida, la retórica es extremadamente hermosa, supongo que Sima Xiangru se sintió avergonzada después de leerla. Es un poco vergonzoso decir que la sutileza del idioma chino no fue ideada por escritores, sino por funcionarios del gobierno. Piense en lo agotador que es vivir para estas personas. No deben ir en contra de la voluntad de sus líderes, sino que también deben usar su inteligencia y talentos, por lo que no les queda más remedio que trabajar duro para crear varios laberintos de palabras. ¡Se llama "retórica diplomática"!