Ensayo de 450 palabras sobre lemas de vida
Cuando estaba enojado por mis errores en el examen, lloré frente a la "X" roja brillante. Escuchando el cinismo de mis compañeros y mirando los ojos decepcionados de mis padres, perdí. confianza en mí mismo. De repente, me vino a la mente ese famoso dicho: ¡el fracaso es la madre del éxito! De repente me di cuenta: ¿Quién nunca ha fracasado? ¡Cae, levántate de nuevo! Así que me animé, convertí mis lágrimas en sudor, estudié mucho, hice preguntas cuando no entendía y finalmente obtuve excelentes resultados en otro examen. ¡ah! Citas, ¡te lo agradezco!
Cuando intentaba hacer algo y fallaba repetidamente, me enojaba tanto que me encerraba en una pequeña habitación y lloraba constantemente. Me odio a mí mismo, me odio por estar a la altura de las expectativas de otras personas, me odio por ser un perdedor e incluso odio a mis padres por haberme dado a luz a una persona tan estúpida. De repente, una luz brillante se encendió en mi corazón: ¡el fracaso es la madre del éxito! De repente me di cuenta: si no experimentas viento ni lluvia, ¿cómo puedes ver un arco iris? ¡No hay montaña que no se pueda escalar, y no hay banco de arena peligroso que no se pueda cruzar! Así que me sequé las lágrimas y volví al trabajo. Todo lo bueno llega pronto. ¡Finalmente lo logré! ¡ah! Citas, ¡te lo agradezco!
Cuando mi honor de clase se vio empañado por mi trabajo descuidado, me sentí tan avergonzado que quise arrastrarme hasta las grietas del suelo. Lágrimas de arrepentimiento corrieron silenciosamente por mi rostro y mi corazón lloraba. No cumplí con las expectativas del maestro. En este punto, "¡El fracaso es la madre del éxito!" Este famoso dicho abrió suavemente la puerta de mi corazón, y de repente comprendí: ¿Qué tengo miedo de hacer mal? ¡Corrígelo a tiempo! Después de eso, trabajé más duro y luego fui calificado como un miembro destacado del equipo. ¡ah! Citas, ¡te lo agradezco!
Este buen compañero me ha acompañado durante seis primaveras, veranos, otoños e inviernos, y me ha ayudado a atravesar rápidos uno tras otro. Ahora lo copio cuidadosamente y lo pego frente a mi escritorio. ¡Se convertirá en un faro inmortal en el viaje de mi vida, guiándome a romper las olas y navegar siempre hacia el otro lado del éxito!