Composición: Golondrinas, urracas y monos construyen casas.
Cuando era niño, dos golondrinas construyeron un nido debajo del alero de mi casa. En ese momento, yo era joven y tenía curiosidad por todo. Moví un pequeño taburete y me senté a verlos ocupados construyendo una casa.
Las dos golondrinas se turnaron para recoger el barro primaveral del suelo y luego lo amontonaron poco a poco. Parecen muy concentrados, serios y trabajadores.
Cuando están cansados, se paran sobre el alambre, se acurrucan juntos y se ayudan suavemente a peinarse las plumas con la boca. Realmente cariñoso.
Son maestros del vuelo sin motor. Después de un rato, una golondrina extendió sus alas, descendió en picado desde el alambre, agitó sus alas y luego se elevó. Siguió otro trago.
Incluso en un clima ventoso, siguen siendo valientes. El viento los arrojará muy lejos, pero pronto volarán hacia atrás. Suspiro, sorpresa.
Por fin se construye el nido del pájaro.
Una mañana, escuché un llanto infantil.
Mamá, mamá, trágatelo. Los adultos están acostumbrados, pero a los niños les resulta inconcebible.
La golondrina está aún más ocupada. Cuando vuelan de regreso, siempre asoman algunas cabecitas en el nido. Sus bocas amarillas se abrieron de par en par y siguieron gritando. Deberían decir "¿Es mi turno?"