Hermosa poesía y prosa: El niño sin paraguas
Estoy corriendo muy fuerte,
por el camino sinuoso,
dando pasos pesados.
Miro el rojo atardecer en el cielo occidental,
y el mar tranquilo,
lo sé,
miro lejos lejos Sus ojos deben estar cansados y tercos.
En este camino solitario,
Deja atrás los lemas altísimos y la ruidosa multitud
.
No tengo el capital para parar,
Así que
solo puedo pasar por altibajos.
Mi pecho es como una llama ardiente,
Que convierta la cobardía en cenizas,
Enciende la antorcha de la victoria.
No importa lo cansado que estés,
no puedes parar.
Quedarse quieto es humillante.
Hice lo mejor que pude para superar esa curva,
Vi,
mi final,
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Eso También es el punto de partida,
Lo afronto con una sonrisa de victoria,
Este es el sonido de la naturaleza.
Soy un niño sin paraguas.
En los días de lluvia,
debo seguir corriendo.
Arrastrando tu cuerpo hinchado,
Deja a un lado la cobardía de la juventud,
Sigue corriendo siempre,
Conquista la larga distancia solitaria.
Usa el sudor y las lágrimas,
para derramar el florecimiento de la sangre y las lágrimas.
Mira la clara primavera,
Mírate a ti mismo,
Sonríe brillante como una flor