Poesía de vid

Érase una vez, frente a mi ventana,

había muchas enredaderas diminutas,

cuando hacía mi tarea, las miraba.

Espero que algún día,

habrá una planta que pueda extenderse hasta mi ventana,

enciérrala en mi pequeño círculo,

Que mire las imágenes que escribo todos los días,

Que pierda su color y su libertad,

Aunque un día pierda su vida,

Lo sé, aún así debería dejarlo libre,

No debería tener nada que ver conmigo,

Solo la naturaleza le pertenece verdaderamente,

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Entonces, maté todas mis ideas,

Hacer mi tarea y observar en silencio.

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