Una cita famosa influyó en mi ensayo de 450 palabras.
Cuando estaba en tercer grado, dominaba los problemas de la Olimpíada de Matemáticas, pero normalmente ignoraba las matemáticas que me enseñaba el profesor. Los exámenes de matemáticas para mí son pan comido. Mis excelentes resultados se han ganado la admiración de todos. En quinto grado, estaba demasiado orgulloso para estudiar mucho. La razón es que pensaba que tenía mucho talento y mis calificaciones en matemáticas siempre estaban entre las mejores, así que no tenía que estudiar mucho. La actitud hacia el aprendizaje se irá relajando gradualmente y se pueden imaginar las consecuencias. Mis puntuaciones en matemáticas cayeron en picado, de 100 a 93 y luego de 93 a 87. Cuando subí al podio para recoger mis trabajos, todos no me miraron con admiración, sino con pesar. Mi padre sabía que estaba triste por mis resultados en matemáticas y me dio una educación sincera. Después de eso, observé en silencio una vista previa del texto en la sala. De repente vi la famosa columna de citas en el libro de referencia: El problema de los eruditos es dejar de ser arrogantes. De repente me desperté. No puedo seguir así más. No puedo estar orgulloso. Quiero estudiar mucho y recuperar los 100 trabajos que cayeron en manos de otros. Desde entonces, nunca he aflojado en mis estudios y mis calificaciones en los exámenes han sido muy buenas. Siempre he sido arrogante y arrugado, y reprobaba los exámenes. No me desanimé y seguí adelante. Los compañeros de clase una vez más me lanzaron miradas de admiración.
El problema con los eruditos es dejar de ser arrogantes. La inspiración de esta frase es que no debemos estar orgullosos de nuestro éxito, ¡pero debemos seguir trabajando duro y dar lo mejor de nosotros!