No fuerces ni retengas citas clásicas
Los dichos clásicos de “No fuerces, no guardes” son los siguientes:
1. Sé que no puedo retenerte. Por favor, vete rápido cuando cierre. mis ojos.
2. Si das a otros lo que me das a mí, entonces dáselo a otros a mí no me importa.
3. Sólo el enfriamiento repetido hace que las hojas se vuelvan amarillas; sólo la indiferencia repetida enfría los corazones de las personas.
4. Cuando te amo, lo que dices es lo que digo. ¿Qué dices que eres cuando no te amo?
5. No me molesto en pelear con nadie. Si me amas, no hay necesidad de luchar. Si no lo amas, no tiene sentido luchar por ello. Siempre hay una respuesta para todo. En lugar de preocuparte, deja que la naturaleza siga su curso.
6. Este es mi temperamento. Mientras los demás me ignoren, no tendré el valor de molestarlos más. Tu actitud determina mi actitud. Si guardas silencio conmigo, no tendré más remedio que serte indiferente.
7. Respecto al amor o la amistad, sólo creo en una frase. A medida que pasa el tiempo, los corazones de las personas se revelan y los mejores se salvan hasta el final. Sé cómo sentir calor y frío, y cómo manejarme mejor.
8. Lo que se va nunca volverá, y lo que vuelve ya no es perfecto. Nadie se compadece de nadie, sólo hay uno que no sabe apreciar.
9. De hecho, sabes que cualquier relación que requiera que dediques todos tus esfuerzos a complacer no durará demasiado.
10. Si Dios me da otra oportunidad de conocerte, definitivamente daré la vuelta y me iré.
11. ¡Ve a conocer a la persona que quieres ver! Mientras brilla el sol, mientras la brisa es tranquila, mientras tú aún eres joven, mientras él aún no es viejo.
12. Un día, podré beber mil tazas sin emborracharme y ser admirado por miles de personas. Sonreiré apropiadamente y nunca más te mencionaré.
13. Me reía demasiado, así que a nadie le importaba mi tristeza.
14. No soy un termo, entonces, ¿por qué debería mantener siempre mi entusiasmo original por ti?
15. La vida nunca es justa No importa cuánto consigas, tienes que hacer lo mejor que puedas y trabajar duro para vivir.