¿Hay asexuales en el mundo?
Comúnmente conocido como ascetismo.
Los deseos son difíciles de satisfacer y las preocupaciones son infinitas. Para regular el deseo, la gente plantea cuatro proposiciones.
La primera es la teoría de la indulgencia, que cree que la vida es corta y que hay que aprovechar el tiempo para disfrutar y satisfacer diversos deseos. Sin embargo, la excesiva indulgencia personal inevitablemente dañará los intereses de los demás. Además, los deseos se regeneran infinitamente cuanto más indulgencia, menos se pueden satisfacer. El resultado es que la indulgencia comienza con la lujuria y termina en dolor, dañando tanto a uno mismo como a los demás. El camino hacia la indulgencia es inviable.
La segunda es la teoría ascética. La idea básica es que dado que el deseo es la fuente del dolor, para eliminar el dolor es mejor suprimir o simplemente eliminar el deseo. El taoísmo requiere una mente pura y pocos deseos, mientras que el budismo va un paso más allá y requiere el poder de un gran héroe para eliminar los deseos y aliviar el sufrimiento. El taoísmo, el budismo y otros pensamientos ascéticos parecen hermosos, pero en realidad son muy difíciles de lograr, y la abstinencia y la aniquilación de los deseos no son el único camino a seguir.
La tercera es la teoría de la abstinencia. El deseo no puede ser satisfecho ni extinguido, por lo que lo más factible es ejercer una moderación razonable. La "razón" de la moderación razonable es, en primer lugar, la etiqueta, es decir, las leyes, sistemas, políticas, regulaciones, costumbres, hábitos y otras normas sociales sociales, en segundo lugar, son los conceptos morales, es decir, el poder moral y la fuerza de voluntad de cada uno; evitar que los deseos se descarrilen y violen la prohibición.
La cuarta es la trascendencia. La etiqueta social y los conceptos morales son indispensables para la adaptación de los deseos, pero todos tienen compulsiones ajenas, que hacen que el sujeto sienta dolor e impotencia en diversos grados. Para que el sujeto elimine el dolor y el desamparo y entre en un estado de libertad y autoconciencia, las personas han encontrado una cuarta forma de afrontar el deseo, es decir, la comprensión o trascendencia en el nivel espiritual.
Ver: Hu Shanlin. Vagando en el horizonte del anhelo espiritual [N]. Revista de Ciencias Sociales, 18.10.2012