El poder del ahora: la rendición
Si no lo elegiste tú, ¿cómo surgió? ¿Cuál es su propósito? ¿Quién lo mantiene?
Porque la realidad es algo que no puedes aceptar y crearás alguna forma de dolor. Superficialmente, puede parecer que la situación está causando dolor, pero en realidad, su resistencia está causando dolor.
Dejar ir la resistencia, afrontarla y aceptarla es más fácil decirlo que hacerlo. Si podemos dejar de lado la resistencia mediante la rendición, entonces la pregunta es: "¿Cómo?"
Primero, admite que tienes resistencia interior.
Observa cómo tu mente crea resistencia y etiqueta tu vida, la de ti mismo o la de los demás. Presta atención al proceso de pensamiento y siente la energía de tus emociones.
Si no te gustas cuando te miras en el espejo, es decir, estás en un estado inaceptable y comienzas a atacar la imagen en el espejo, y ella te atacará. Sucesivamente. Mientras aceptes la imagen en el espejo, sin importar cómo se vea, tu bondad será intercambiada por su bondad.
Así es como se cambia el mundo.
El espejo no es el problema, el problema eres tú.
La rendición no puede cambiar la realidad, al menos no directamente. Eres tú quien sucumbe al cambio. Cuando cambias, todo tu mundo cambia y el mundo es sólo un reflejo de ti mismo.
Rendirse significa aceptar los hechos sin reservas.
Ríndete a la realidad presente y admite que la realidad no se puede cambiar, porque ya sucedió. Entonces haz lo que tengas que hacer.
Si no puedes aceptar la situación externa, acepta la situación interna. En otras palabras, no te resistas al dolor, déjalo ser. Ríndete ante la tristeza, la desesperación, el miedo, la soledad o el dolor de cualquier tipo. Obsérvalo sin etiquetas mentales, abrázalo. Luego, observa cómo el milagro de la entrega transforma el dolor en paz.
Este es tu sufrimiento, pero también tu oportunidad de resurrección y mejora.
Cortar los sentimientos no es ceder.
Cuando sientes dolor, quieres escapar, no quieres sentir lo que estás sintiendo. Esto es normal, pero evitarlo no te librará del dolor. Acéptalo, siéntelo plenamente, pero no pienses en ello.
Concéntrate en cómo te sientes, no en las personas, cosas o situaciones que causan esos sentimientos. No dejes que tu mente use tu dolor para crear una identidad de víctima.
Como no puedes deshacerte de este sentimiento, la única posibilidad de transformar el dolor es profundizar en él, de lo contrario nada cambiará.
La resistencia y el pensamiento son inseparables. Renunciar a la resistencia, es decir, rendirse, es el fin del pensamiento. Abandona la resistencia y toda crítica y negatividad desaparecerá.
Ante el dolor, permítelo ser, acéptalo tal como es y centra tu atención en él. La atención total es aceptación total, que es entrega.
Renuncia a tu apego al pasado y al futuro y di "sí" a la verdad. Con el tiempo, todos nos veremos obligados a rendirnos porque ya no podremos soportar más dolor.