Una composición de unas 400 palabras "Alabado sea mi maestro de clase" (con imágenes) para el tercer grado de la escuela primaria.
Mi director, el profesor Han, es alto y delgado, con un par de gafas en el puente de su nariz recta. La ropa del profesor es decente y se ve bien.
El profesor Han enseña historia, pero sus habilidades para escribir en la pizarra son extremadamente altas. Sus palabras vuelan y la pizarra está muy llena; es muy elocuente y puede hablar sin cesar. El maestro Han tiene requisitos estrictos sobre nosotros. No solo debemos aprender bien los conocimientos de los libros de texto, sino también aprender a comportarnos. En términos de carácter, el profesor Han no relaja sus exigencias a todos los estudiantes. A menudo nos dice que las palabras deben convertirse en hechos, los hechos deben dar frutos y los frutos deben creerse. Un vencedor debe tener confianza.
Lo que hizo el profesor Han no solo fue impartir conocimientos y responder preguntas, sino que también me brindó calidez y atención. Antes de leer inglés todas las mañanas, siempre llega temprano a clase para revisar la recitación en inglés una por una y proponer las tareas de aprendizaje para el día. Durante la pausa del almuerzo, a menudo venía a vernos y nos preguntaba con preocupación sobre nuestra vida y nuestra situación de estudio. Incluso en la escuela podemos sentir la calidez del hogar. La gran familia de la Clase X ha mejorado gracias a su presencia.
La vida no es perfecta, está llena de insatisfacciones y siempre tenemos muchos problemas. El maestro Han siempre nos llama a la oficina cuando tenemos preguntas para conversaciones serias y educación ideológica. Cuando somos como aventureros en el desierto, derrotados por el calor abrasador y la deshidratación extrema, un pequeño oasis es la esperanza de nuestras vidas y el pilar de la perseverancia.
El maestro Han me dio valiosos consejos y me indicó la dirección cuando me caí. Él es la fortaleza detrás de mí, el escudo en mi mano y la creencia espiritual que me da valor para luchar y avanzar.
Cabellos negros y escarcha tejen el sol y la luna, y la tiza escribe la primavera y el otoño sin palabras. Maestro, tú siembras semillas con palabras, cultivas con bolígrafos de colores, riegas con sudor y nutres con duro trabajo. Este es mi cumplido para el maestro Han.