¿Quién es el campeón mundial que nunca olvida sus raíces cuando se casa con un país extranjero y convierte a sus hijos en ciudadanos chinos?
En el campo del patinaje artístico en ese momento, se podría decir que Chen Lu de China había alcanzado el nivel de líder nacional, e insistió en que el patinaje artístico en sí era algo que debía romperse, por lo que fue plenamente digno de esa majestuosa frase que dijo: "¡Yo solo pertenezco al equipo nacional de patinaje artístico!" En los últimos años, cada vez hay más deportistas destacados en el campo del patinaje artístico. Antes de eso, el patinaje artístico también era un deporte olvidado. China también ha experimentado un período en el que una persona ingresó al equipo nacional, y esa persona era Chen Lu.
Chen Lu nació en 1976. Sus padres eran atletas. Ella también heredó los excelentes genes deportivos de su familia. Después de que comenzó a contactar a Huahua, progresó rápidamente y comenzó a representar al país en competencias cuando era adolescente. En ese momento, ella apoyaba sola al equipo nacional de patinaje artístico. En los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer de 1994, Chen Lu se hizo famoso y ganó la primera medalla de oro para el equipo chino de patinaje artístico. Fue gracias a ella que el mundo volvió a ver a los asiáticos en el podio.
El éxito de Chen Lu no solo se debe a su talento atlético natural, sino también a su arduo trabajo y perseverancia. Aprendió patinaje artístico de su hermana, pero ella fue la única que persistió hasta el final. Dios no maltratará a nadie que trabaje duro. Ante la tentación, Chen Lu eligió un camino más desafiante. En 1998, la canción de Chen Lu "Becoming a Butterfly" evocó los recuerdos del pueblo chino y transmitió el encanto del patinaje artístico a la siguiente generación de atletas.
Después de jubilarse, Chen Lu vino a Estados Unidos y se casó con Dennis Pantsev, quien también era patinador artístico. Después del matrimonio, ella todavía podía practicar patinaje artístico en cualquier momento y la pareja también tuvo una discusión en profundidad sobre la nacionalidad de sus hijos. ¿Porcelana? ¿Rusia? ¿O Estados Unidos? Ambos tienen sus propios méritos.
Sin embargo, Chen Lu siempre insistió en China. A sus ojos, la patria es su raíz. No importa dónde esté, su patria siempre tendrá el lugar más importante en su corazón. Al final, la nacionalidad del niño era lo que ella quería. La patria es su raíz, el lugar donde realiza sus sueños y el lugar que más le importa a Chen Lu.